XXI Umbría abajo, muerto en la ladera, broté sin fe en mañana y dolorido, -cegado- requemada hasta el crujido, hecha humo y ceniza mi madera. El aire que inhalé me desespera, libero de podridos lo vivido; de espacios intangibles sin sentido; en esta ruta incierta y sin acera. El suelo aún es duro y doy el paso, la muerte se me toma el blando vino sin suerte y sin un blanco, solo hay mellas. Me mato y bebo, sírvome otro vaso. Encuentro la palabra y soy camino, enfermo por el verso hasta las huellas. Enfermo por el verso hasta las huellas, encuentro la palabra y soy camino. Me mato y bebo, sírvome otro vaso. Sin suerte y sin un blanco, solo hay mellas, la muerte se me toma el blando vino, el suelo aún es duro y doy el paso. En esta ruta incierta y sin acera de espacios intangibles sin sentido, libero de podridos lo vivido, el aire que inhalé me desespera. Hecha humo y ceniza mi madera -cegado- requemada hasta el crujido; broté sin fe en mañana y dolori